Presentación
La intensidad y duración de la crisis económica mundial, la creciente globalización de la economía, las continuas innovaciones disruptivas producidas por la convergencia de las modernas tecnologías, los cambios sociológicos y otros factores, como la sostenibilidad ambiental o los problemas energéticos, conforman un escenario pleno de incertidumbres y retos que exige de las Administraciones Públicas actuaciones coherentes, consistentes y al mismo tiempo flexibles tanto en su papel como organizaciones prestadoras de servicios esenciales como en su labor facilitadora de la actividad económica en sus territorios de referencia.
La crisis, además de producir un retroceso en el crecimiento económico y en las cifras del empleo, ha hecho aflorar con crudeza, en casi todos los países y regiones del mundo, entre los que se encuentra la Región de Murcia, debilidades estructurales que habían quedado enmascaradas por la larga etapa de bonanza económica vivida.
La Unión Europea ha elaborado la Estrategia Europa 2020 como instrumento que marque el rumbo de la recuperación a los estados miembros apostando por una economía inteligente, sostenible e integradora, prioridades sinérgicas entre sí de las que cabe esperar altos niveles de empleo, productividad y cohesión social en los estados miembros.
La Estrategia Europa 2020 tiene 5 objetivos prioritarios que se centran en el empleo, la innovación, el cambio climático y la energía, la educación y la lucha contra la pobreza, siempre dentro de los principios irrenunciables de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera que debe regir las actuaciones de los gobiernos nacionales, autonómicos y locales en el ámbito de la Unión Europea.
En el contexto nacional, el Programa Nacional de Reformas (PNR 2013) supone un nuevo impulso a la agenda reformadora del Gobierno de España. Se trata de un plan ambicioso de medidas orientadas a que la economía española mejore sus niveles de eficiencia, flexibilidad y competitividad, así como para superar las dificultades de financiación que constituyen una gran amenaza para la creación de riqueza y la generación de empleo.
La Estrategia Europa 2020 y el PNR 2013 orientan, condicionan y ayudan en el objetivo común de salida de la crisis y en la tarea del fortalecimiento económico pero cada región tiene que definir y recorrer su propio camino, basado en un diagnóstico de situación inicial, que se apoye en sus fortalezas, que aproveche sus oportunidades, que supere las amenazas para su desarrollo y que corrija sus debilidades.
En el caso de la Región de Murcia, la situación de partida queda reflejada en el informe elaborado ad hoc por el Gobierno Regional recogiendo las aportaciones del Consejo Económico y Social (CES) de la Región de Murcia. El citado diagnóstico contempla algunos aspectos en los que hay que incidir de forma especial y que requieren actuaciones prioritarias:
El nuevo modelo productivo que necesita la Región de Murcia debe ser el instrumento de crecimiento económico y generación de empleo que mejore sensiblemente estos y otros indicadores y que articule la solución de los problemas que obstaculizan nuestro pleno desarrollo. El Plan Estratégico 2014-2020 pretende definir esa vía renovada hacia la prosperidad de la sociedad murciana.
El nuevo PERM 2014-2020 se nutre de las orientaciones provenientes de la Estrategia Europa 2020, de las directrices del PNR 2013, del análisis de los resultados del anterior Plan Estratégico 2007-2013, de las opiniones recogidas a lo largo de las mesas de expertos realizadas, de las aportaciones de los agentes sociales y de la sociedad en general, del estudio de las iniciativas similares de otras regiones, de las consultas realizadas a personalidades de prestigio, de la consideración de las tendencias de futuro (megatendencias contrastadas), y de las propias recomendaciones del CES, que se pueden resumir en las siguientes:
El nuevo Plan Estratégico de la Región de Murcia para el período 2014-2020 supondrá la base del Plan de Gobierno de la Comunidad Autónoma para ese período, al tiempo que orientará y fomentará las actuaciones de la iniciativa privada, en un marco estable, fruto del mayor consenso posible, flexible para permitir adaptaciones y correcciones de rumbo, y sobre todo, realista, que se sustente en los escenarios presupuestarios de la CARM en los próximos años.
No obstante, habrá recomendaciones y actuaciones propuestas, no cuantificadas, que competerá realizar a la iniciativa privada y a los agentes sociales, dentro del espíritu de compromiso que debe impregnar el Plan.
Por último, se deberá diseñar un sistema de indicadores de seguimiento que permitan la evaluación, no sólo en términos financieros sino de resultados e impactos de la estrategia que se defina de modo que, si se observan desviaciones no deseadas en el cumplimiento de los objetivos, se pueda reformular ésta o las actuaciones que de ella dimanen.